jueves, 22 de septiembre de 2011

A por ella

Un buen partido de baloncesto puede hacerte vibrar, en él cuentan la gloria, el dolor y por supuesto, las jugadas, y luego están los juegos solitarios, los juegos en los que sólo participa uno. Jugamos a los juegos psicológicos para pasar el tiempo, para que la vida sea más interesante, para distraernos de lo que pasa en realidad. Hay personas a las que les encanta jugar, cualquier juego, y hay personas a las que nos gusta jugar tal vez demasiado. La vida no es un juego con público. Ganar, perder, empatar... el juego evoluciona, lo queramos o no. Así que sigue, peléate con el árbitro, cambia las reglas, haz trampas, tómate un respiro y no olvides tus heridas, pero juega. Juega, esfuérzate, juega rápido, con soltura y libertad, como si no hubiera un mañana. No se trata de ganar o perder, se trata de como juegues... ¿no?.

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