jueves, 27 de octubre de 2011

Dejar ir

He estado intentando convencerme de que abandonar a una persona no es lo peor que se puede hacer. Puede resultar doloroso, pero si uno no dejase nunca nada ni a nadie, no tendría espacio para lo nuevo. Sin duda evolucionar constituye una infidelidad, a los demás, al pasado, a las antiguas opiniones de uno mismo. Tal vez cada día debería contener al menos una infidelidad esencial o una traición necesaria. Se trataría de un acto optimista, esperanzador, que garantizaría la fe en el futuro, una afirmación de que las cosas pueden ser no solo diferentes, sino mejores.


2 comentarios:

  1. Dice el dicho que para ganar hay que arriesgar... Hay veces en que tenemos que lanzarnos a una piscina sin poder sabes si está llena o vacía. Lo verdaderamente importante es atreverse a dar el salto y arriesgar para ganar!

    Me gusta muchísimo lo que escribes. Con frecuencia me siento identificada con tus pensamientos.
    Sigue escribiendo para los que te leemos! ;)

    ResponderEliminar
  2. Muchísimas gracias por incluir tu comentario aquí! Así sé que realmente el blog está gustando =)!
    Pues sí, para ganar hay que arriesgarse a perder, pero si nunca te arriesgas no sabes si, quizás, hubieras podido ganar.

    ResponderEliminar