Hay situaciones desagradables en la vida que nos hacen cambiar. A veces, ese cambio ocurre sin que podamos hacer nada para evitarlo. Sin embargo, hay otras veces en las que el cambio lo realizamos a sabiendas, como una especie de caparazón en contra del mundo. Una barrera que nos cubre del exterior, que evita que nada más nos haga daño. Un caparazón que nos vuelve fríos e incluso insensibles. Y es que la vida no siempre es un camino de rosas, no todo son sonrisas y felicidad, pero cuando creamos este caparazón, nos hacemos incluso más daño. Tenemos que aprender a soportar y aceptar las cosas malas, porque existen, porque ocurren y seguirán ocurriendo, y no hay nada que podamos hacer para evitarlo. Ni siquiera ese caparazón podrá salvarnos.
lunes, 14 de mayo de 2012
Caparazón
“La vida no puede ser siempre la fiesta que esperábamos, pero mientras estemos aquí debemos bailar.”
Hay situaciones desagradables en la vida que nos hacen cambiar. A veces, ese cambio ocurre sin que podamos hacer nada para evitarlo. Sin embargo, hay otras veces en las que el cambio lo realizamos a sabiendas, como una especie de caparazón en contra del mundo. Una barrera que nos cubre del exterior, que evita que nada más nos haga daño. Un caparazón que nos vuelve fríos e incluso insensibles. Y es que la vida no siempre es un camino de rosas, no todo son sonrisas y felicidad, pero cuando creamos este caparazón, nos hacemos incluso más daño. Tenemos que aprender a soportar y aceptar las cosas malas, porque existen, porque ocurren y seguirán ocurriendo, y no hay nada que podamos hacer para evitarlo. Ni siquiera ese caparazón podrá salvarnos.
Hay situaciones desagradables en la vida que nos hacen cambiar. A veces, ese cambio ocurre sin que podamos hacer nada para evitarlo. Sin embargo, hay otras veces en las que el cambio lo realizamos a sabiendas, como una especie de caparazón en contra del mundo. Una barrera que nos cubre del exterior, que evita que nada más nos haga daño. Un caparazón que nos vuelve fríos e incluso insensibles. Y es que la vida no siempre es un camino de rosas, no todo son sonrisas y felicidad, pero cuando creamos este caparazón, nos hacemos incluso más daño. Tenemos que aprender a soportar y aceptar las cosas malas, porque existen, porque ocurren y seguirán ocurriendo, y no hay nada que podamos hacer para evitarlo. Ni siquiera ese caparazón podrá salvarnos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario