Como era ayer

Cada momento de cada día, cada pequeña cosa que nos ocurre, nos cambia.

Cuando nos ocurre algo malo o algo no tan bueno, la manera que tenemos de afrontarlo es lo que nos convierte en lo que somos.

Puede que una vez que hemos tenido que vivir muchos momentos malos a lo largo de la vida, nos convirtamos en otra persona totalmente distinta a la que creíamos ser.

Y a partir de ese momento, ya no seremos nunca más como éramos antes.

Ojalá todo fuera como era.

Ojalá yo fuera como era ayer.

Complicaciones

No importa lo fuertes que seamos, los traumas siempre dejan cicatrices, nos siguen hasta casa, cambian nuestras vidas. Los traumas complican nuestras vidas pero quizás sea su fin, el dolor, el miedo, la miseria, quizás pasar por eso nos hace seguir viviendo, es lo que nos empuja. Quizás necesitemos complicaciones, para asumir responsabilidades.

Decir adiós

Ahora trato de levantar mi corazón del suelo.
Mi confianza se ha ido.
La felicidad no puede ser encontrada.

¿Cómo se supone que tengo que sentirme?
Pasan muchas cosas por mi cabeza.

Es tan difícil seguir adelante.

La verdad es que ni siquiera puedo decir adiós.

Los peores sueños

Muchas veces da igual la fuerza con la que intentes olvidar a una persona.

Puede que logres sacarla de tu cabeza durante el día pero la noche es muy distinta, la noche nos hace pensar, nos hace recordar...

Y si aún así logras evitar pensar en ella, siempre habrá algo que no podrás controlar, verla mientras duermes.

Porque todas las preocupaciones y temores se unen a esas personas que intentas olvidar para crear los peores sueños.

La que aún queda

Algunas guerras resultan una victoria completa y total. Algunas guerras terminan con una ofrenda de paz. Y algunas guerras terminan en esperanza. Pero estas guerras no son nada comparadas con la guerra más espantosa de todas, la que aún queda por luchar.

Solos

Entramos en el mundo solos y nos marchamos solos. ¿Y todo lo que ocurre entre medias? Nos debemos a nosotros mismos encontrar algo de compañía. Necesitamos ayuda, necesitamos apoyo. Si no, estamos solos. Desconocidos… incomunicados de los demás. Y olvidamos lo conectados que estamos. Así que en vez de eso, elegimos el amor. Elegimos la vida… y por un momento nos sentimos un poco menos solos.

Amor

Es difícil pensar que pueda haber un sentimiento más fuerte que el amor.

El amor es capaz de hacernos sonreír hasta que nos duela la mandíbula y de hacernos llorar hasta que sintamos que nuestra cabeza va a explotar.

No hay nada más cruel y a la vez más bonito que el amor.

El amor consigue que hagamos cosas que jamás pensaríamos hacer.

Son cuatro letras que nos cambian, cuatro letras que hacen de nosotros mejores personas.

Un amor correspondido puede hacerte sentir en la cima del mundo.

El amor puede traspasar fronteras, atravesar mares y escalar las más altas montañas.

Y es que cuesta creer que haya algo más grande y poderoso que el amor.

Especiales

A lo largo de nuestra vida nos encontramos con mucha gente.

Personas que vienen y van, personas corrientes que no nos hacen daño pero tampoco nos hacen bien.

Podemos encontrar otras que harían cualquier cosa por hacernos daño, por hacernos sentir inferiores.

Sin embargo, con algo de suerte, también encontramos personas que hacen que nuestro día a día sea infinitamente mejor de como podría ser sin ellas.

Personas por las que vale la pena luchar, por las que vale la pena arriesgarse a ser feliz.

Personas especiales.

Querer a alguien

Cuando sabes que quieres a alguien y estás seguro de ello, ¿cómo puedes saber hasta que punto le quieres?

"Hasta el infinito", "de aquí a la luna", son las expresiones que se suelen emplear para definir la cantidad de cariño. Pero, ¿eso es mucho? ¿es suficiente? ¿es poco?

El cariño no puede medirse con nada físico, con nada que pueda haber en nuestra imaginación, con nada que conozcamos...

Sabes que quieres a alguien de manera desmesurada cuando sientes sus logros como si fueran tuyos, cuando te alegras de sus victorias y sufres con sus derrotas.

Sabes que quieres a alguien sin medida cuando eres capaz de llorar de alegría por verle feliz o por saber que lo va a ser.

La noche

Cuando eres pequeña, la noche da miedo porque se esconden monstruos bajo la cama.

Cuando te haces mayor, los monstruos son diferentes. Falta de confianza en uno mismo, soledad, arrepentimiento. Y aunque seas mayor y más sabio, te sigue dando miedo la noche.

Dormir. Es lo más fácil de hacer. Sólo cierras los ojos. Pero para muchos de nosotros, dormir parece estar fuera de nuestro alcance. Queremos hacerlo, pero no sabemos como conseguirlo. 

Pero una vez que nos enfrentamos a nuestros demonios, nos enfrentamos a nuestros miedos y nos entregamos a los demás para ayudar, la noche no da tanto miedo, porque nos damos cuenta de que no estamos completamente solos en la oscuridad.