martes, 28 de octubre de 2014

Te desmoronas

Ese momento en el que te das cuenta de que nada va bien, ni en ti ni a tu alrededor. Ese momento en el que te sientes superado por todo lo que estás viviendo y sin poder evitarlo más, te desmoronas.

Lloras.

Y entonces ya no puedes parar, ni siquiera con el dolor de cabeza, garganta y ojos. No hay manera.

Lloras por todo lo que no has podido llorar en mucho tiempo, lloras por todo lo que estabas guardando por intentar ser fuerte, lloras por lo que has perdido y no puedes recuperar, lloras por lo que has perdido y no sabes si podrás recuperar, lloras porque ya no puedes más.

No podrás parar. Da igual lo mucho que lo intentes.

Pero mañana volveré a levantarme de la cama y volveré a regalarle al mundo la mejor de mis sonrisas, aunque al llegar la noche... Me desmorone.



domingo, 20 de julio de 2014

Cada una de las veces en las que creo que ya he conseguido sacarte de mi mente y de mi corazón, reapareces para recordarme que no es cierto.

Llegas y descolocas todo mi mundo.

Y no puedo decir que una parte de mí no adore que lo hagas... Que no adore estar contigo, sentirte, tenerte tan cerca...

Haces que saque todo lo que llevo guardando durante meses para no hundirme. Me conoces mejor que nadie, y sólo tú sabes hacerme sentir completamente bien. Sólo tú eres capaz de entenderme como si fuera un libro abierto.

Y aunque lucho contra este sentimiento cada día, nunca consigo olvidarme de ti.




domingo, 6 de julio de 2014

¿Eres feliz?

¿Qué se supone que se debe responder a esa pregunta?

En primer lugar uno piensa que sí, que es feliz y que todo marcha estupendamente, así que respondes con un rotundo SÍ con el que logras engañarte a ti mismo.

Pero cuando te paras a pensarlo, te das cuenta de todos y cada uno de los detalles de tu vida por los que ni eres feliz ni podrás serlo, al menos por un tiempo.

Hay demasiadas cosas que van mal, te sientes perdido, no sabes muy bien si haces lo que quieres o haces lo que se supone que debes hacer porque es lo que llevas haciendo durante mucho tiempo.

¿Tomas decisiones por tu bien? ¿O es por el bien del resto?

¿Qué es lo que te haría realmente feliz? ¿Y por qué no lo haces?

Son muchas preguntas rondándome la cabeza. Demasiadas preguntas.

¿Soy feliz? No lo sé, estoy improvisando.


viernes, 27 de junio de 2014

Maestros del disimulo

Cuando éramos bebes, éramos fáciles. Un llanto significaba que tenías hambre y otro que estabas cansado. Pero cuando nos convertimos en adultos nos volvemos difíciles. Empezamos a esconder nuestros sentimientos, a levantar muros. Llega hasta el punto que nunca sabemos de verdad como piensa o siente alguien. Sin quererlo nos convertimos en maestros del disimulo.

No siempre es fácil decir lo que piensas. A veces necesitas ser forzado a hacerlo. A veces es mejor guardarte las cosas para ti mismo, hacerte el tonto. Incluso cuando tu cuerpo entero muestra dolor. Así que cierra la boca, guarda el secreto, y encuentra otras formas de ser feliz.


domingo, 15 de junio de 2014

Días perfectos

Desde pequeños soñamos con tener la vida perfecta: dinero, un buen coche, una casa, una familia...

Esa es la definición de felicidad que se nos inculca desde que nacemos. Todo lo que hacemos en los años siguientes es para conseguir dichos objetivos. Para encontrar la felicidad en la estabilidad.

Creemos que no seremos verdaderamente felices hasta que consigamos todos y cada uno de los objetivos que nos hemos propuesto para nuestra vida. Vemos la felicidad como algo que ocurrirá en el futuro. Y no nos damos cuenta de que ya podemos ser felices. Ahora, en este instante.

A veces, lo único que hace falta para ser verdaderamente feliz es pasar una noche salvando el mundo, sentada en un banco, con tu mejor amiga. Tener a alguien con quien poder compartir cada uno de tus pensamientos. Alguien con quien sólo haga falta una mirada para entenderlo todo.

Felicidad es ir en un coche sin darte cuenta de que no hay música de fondo. Y darte cuenta de que ya no eres capaz de visualizar tu día a día sin tenerla a tu lado.

Los días perfectos pueden ser cada uno de tus días. No hace falta esperar a mañana.


martes, 13 de mayo de 2014

Cambios

¿Qué haces cuando todo aquello de lo que estabas seguro sobre ti mismo cambia?

¿Qué haces cuando dejas de saber quién eres o quien quieres ser?

¿Qué haces cuando todos aquellos a los que quieres te fallan?

¿Qué haces cuando te das cuenta de que no eres una prioridad para nadie?

Todas esas preguntas han estado rondándome la cabeza últimamente y es que, ¿hasta que punto pueden ser buenos los cambios?

Puedes cambiar de peinado, de color de pintura de uñas, de casa, e incluso de ciudad. Pero cuando los cambios se producen en ti, en tu forma de ser, en tu manera de pensar, en tu manera de afrontar las cosas... En ese momento, lo pierdes todo.

El momento en el que te conviertes en tu peor enemigo.

Todo aquello que creías saber, toda la confianza, todas las ganas de luchar por lo que quieres... Todo eso se acaba.


miércoles, 2 de abril de 2014

El poder de la palabra

Cada día hacemos cosas que nos parecen insignificantes, hasta que un día haces algo que pensabas que lo sería y resulta que acaba marcando la diferencia.

A veces está bien pensar las cosas antes de hacerlas y otras veces simplemente vale la pena jugársela, darle a "publicar" y esperar lo que venga.

Es increíble como las cosas pueden cambiar en un instante, en unos minutos, en el tiempo que tarda una persona en leer una publicación.

Siempre he creído en el poder de la palabra, en que las palabras son capaces de mover montañas, de mover el mundo. Pero hoy he aprendido una lección: las palabras pueden mover TU mundo. Pueden cambiarlo completamente en un instante. He aprendido que no se pueden dar las cosas por supuestas, que la palabra es el arma más poderosa que tenemos y por ello debemos usarla.

El poder de la palabra es inmenso como lo es también el poder de un abrazo. Un abrazo tan especial que es capaz de acabar con meses de tristeza, soledad, dolor... Un abrazo que vale millones. Quizás el mejor abrazo de toda mi vida.

Cuando cree este blog jamás pensé que me ayudaría a ser tan feliz como soy ahora mismo. FELIZ. Así, con mayúsculas, negrita y subrayado. Feliz como si ya nunca volviera a sentir tristeza. Feliz como para llorar de alegría. Feliz como para no pensar en nada más. Feliz como para no parar de sonreír.






sábado, 29 de marzo de 2014

Gossip Girl

C-“No estoy aquí para disculparme por lo que pasó esta noche”

B-“Entonces…¿por qué estas aquí para disculparte?”

C-“Por todo lo demás. Lo siento por perder los nervios la noche que me dijiste que Louis te lo propuso. Siento no haber esperado más en el Empire State. Perdóname por tratarte como a una propiedad. Lo siento. No te dije te quiero cuando supe que lo hacía, pero sobretodo, siento que me rindiera con nosotros cuando tú nunca lo hiciste.”


martes, 11 de marzo de 2014

Amistades perdidas

La distancia siempre ha sido una realidad en mi vida, siempre alejada de mis seres queridos.

Hasta hace poco creía que estar a muchos kilómetros de distancia era lo más doloroso, aunque con el paso de los años te acostumbras y va doliendo menos.

Ahora he descubierto que esa distancia no es la que más duele. Lo que duele de verdad es estar cerca de una persona a la que quieres tanto, que era tan esencial en tu vida y quizás lo siga siendo aunque no quieras, pero que ahora ni te mire, ni te preste atención, ni formes parte de su vida nunca más.

Tener que ver a esa persona cada día, eso sí que duele de verdad.

Ojalá tuviera el valor de decirte que te extraño, que no soporto esta situación, que te necesito, que duele demasiado no tenerte a mi lado.

Ojalá pudiera decirte que cada vez que ocurre algo gracioso busco tu mirada, que cada vez que algo me hace daño espero tu abrazo.

Ojalá pudiera decirte que echo de menos hablar contigo durante horas, hablar de cualquier cosa y sin hacer nada en especial.

Ojalá tuviera fuerzas suficientes para decirte que no puedo estar sin ti, que te quiero demasiado.

Lo cierto es que no sé si algún día llegarás a leer esto ya que no tengo fuerzas para enseñártelo yo misma. Cada día que pasa me muero de ganas de poder entrar en tu mente y averiguar por qué dejé de importarte y por qué dejaste de quererme. Ojalá algún día pueda averiguarlo.

Pero si algún día lo lees, quiero que sepas que nunca podré dejar de quererte. Que siempre te querré doble infinito.



jueves, 16 de enero de 2014

Te echo de menos

Hoy hace 3 meses desde que nos dijiste adiós y aún sigues siendo lo último en lo que pienso antes de quedarme dormida y lo primero que pienso al despertarme.

Sé que nunca dejaré de echarte de menos y que quizás jamás pueda dejar de llorarte. Intento no hacerlo porque recuerdo lo triste que te ponías cuando me veías llorar.

Tú siempre querías estar a mi lado y es mucho más de lo que puedo decir sobre algunas personas. Estoy segura de que no encontraré un amigo como tú en lo que me quede de vida.

Saber que ya no estás me destroza cada día, sigo sin saber si podré superarlo. Esos 17 años que estuviste con nosotros están llenos de momentos tan increíbles y sé que no los olvidaré.

Te quiero amigo. Te echo de menos.