En esos momentos en los que me falla la voz, en los que por mucho que lo intento no puedo soltar todo lo que llevo dentro de mí, lo mejor que puedo hacer es escribirlo.
Escribir, sacar todo lo que tienes en la cabeza, dejar que tus manos expresen lo que tu voz no puede. Soltar todo lo que te está ahogando, soltar todo aquello que te asfixia. Si no puedes más, escribe.
Si algo te está quemando el corazón, llora, grita, rompe cosas, deja que toda esa ira se apodere de ti por un instante. Si no lo haces ahora, no dejará de quemarte el corazón en toda la vida. Haz que salga ahora, escribe y déjalo ir.