martes, 13 de mayo de 2014

Cambios

¿Qué haces cuando todo aquello de lo que estabas seguro sobre ti mismo cambia?

¿Qué haces cuando dejas de saber quién eres o quien quieres ser?

¿Qué haces cuando todos aquellos a los que quieres te fallan?

¿Qué haces cuando te das cuenta de que no eres una prioridad para nadie?

Todas esas preguntas han estado rondándome la cabeza últimamente y es que, ¿hasta que punto pueden ser buenos los cambios?

Puedes cambiar de peinado, de color de pintura de uñas, de casa, e incluso de ciudad. Pero cuando los cambios se producen en ti, en tu forma de ser, en tu manera de pensar, en tu manera de afrontar las cosas... En ese momento, lo pierdes todo.

El momento en el que te conviertes en tu peor enemigo.

Todo aquello que creías saber, toda la confianza, todas las ganas de luchar por lo que quieres... Todo eso se acaba.


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